Retrofuturismo
¿Puede ser el steampunk post-apocalíptico?
El steampunk se centra principalmente en una premisa: “¿Qué
tal si…?”, que se fundamenta de manera esencial en la creación de ucronías, sustentadas ya
sea en la ficción especulativa o bien en lo que se conoce como historia
alternativa, que toma su inspiración en el periodo de la segunda revolución
industrial ocurrida durante lo que ha sido llamada la Era Victoriana. Dicho
periodo se concentra primordialmente en el Imperio británico durante los
sesenta y cuatro años del mandato de la reina Victoria, con domino en países de
los cinco continentes y no únicamente de las islas británicas, como suele
pensarse.
Pero ¿podríamos establecer un steampunk más allá de la
ambientación del siglo XIX? Para muchos la respuesta no deja lugar a dudas, ya
que como retrofuturismo que es, el steampunk, presenta una serie de
anacronismos necesarios para que no pase a ser simplemente un recreacionismo y
tome tintes de –tal como ha sido nombrado por varios estudiosos del tema-
ciencia ficción con estética victoriana. Establecer un avance cultural, social
y tecnológico más veloz e incluso muy similar a los avances de la sociedad
actual es en gran parte lo que podemos observar con los profesionales y
entusiastas del movimiento, en especial aquellos enfocados en la creación y
modificación de artilugios, estos modernos artesanos amantes y defensores del
DIY o “Hágalo usted mismo”.
Computadoras, teléfonos móviles y demás artilugios modernos
son prueba irrefutable de que el steampunk mezcla perfectamente dos eras,
manifestando la creatividad de los individuos en una amalgama entre la visión
de nuestro momento actual con el histórico periodo decimonónico en el que se
inspira este retrofuturismo. ¿Cómo entonces podemos imaginar un steampunk
post-apocalíptico?
De acuerdo al escritor G.D Falksen en un post escrito en
steamfashion de Live Journal en Junio de 2010 “lo post-apocalíptico no es
steampunk y lo steampunk no es post-apocalíptico”. Muchos lectores podrán estar
de acuerdo con la opinión dada por esta reconocida personalidad del movimiento,
tanto por el planteamiento como porque simplemente le conceden cierto grado de
autoridad; sin embargo los editores de la steampunk magazine, no estuvieron de
acuerdo con lo dicho por Falksen y colocaron una entrada desde el sito de la
revista dando su opinión y pidiendo la de los demás. Por un lado, el escritor
estadounidense argumentaba que debido a la naturaleza de un escenario
post-apocalíptico la sociedad carecería del agua pura suficiente que requeriría
que la tecnología de vapor funcionara después de que hubiese ocurrido una
catástrofe que dejara al planeta, ya fuera, en un ambiente desértico (estilo
Mad Max o Fallout), un ambiente glacial o incluso, un cuadro al estilo
Waterworld. Tomando en cuenta ese argumento, podría pensarse que en el debate
G.D Falksen tiene razón, pero más adelante él mismo admite la posibilidad de un
steampunk que él llama “post-post apocalíptico”, en ese escenario después de la
catástrofe el mundo ha alcanzado una era tecnológica estilo pre-industrial y
pasado un tiempo los sobrevivientes se organizan y se las arreglan para
construir una sociedad que progresa alcanzando un periodo de revolución
industrial.
Para Margaret Killjoy
(fundador de la Steampunk Magazine) y su equipo de editores, el hecho de
que previamente a la catástrofe exista un mundo industrializado es suficiente
para dejar un remanente de piezas y materiales de utilidad para continuar un
mundo suficientemente tecnológico que permitiera las herramientas y aspectos
necesarios para un mundo de estilo steampunk. Además, los de la Steampunk Magazine
agregan que una sociedad industrial no es requerimiento para un escenario
steampunk, sugiriendo que este es más bien una “estética humeante, inspirada en
la historia, no basada en ella”.
Creo sin duda que sin embargo existe un punto medio entre la
opinión de G.D Falksen y Margaret Killjoy y este sería simplemente que,
basándonos en la principal premisa de una ficción especulativa, como lo es el
steampunk, el planteamiento “¿Qué tal si…?” puede aplicarse perfectamente a un
steampunk post-apocalíptico.
¿Qué tal si, después de una gran invasión extraterrestre la
humanidad es casi aniquilada y tras años de guerra contra los alienígenas, los
sobrevivientes humanos desarrollan una tecnología de estilo Victoriano? Esto
sin duda nos daría parte de los argumentos que ambos puntos de vista nos
plantean. Por supuesto habría muchas preguntas qué responder y que suelen dar
un sinfín de líneas que permitirían crear más de un arco de historia a relatar,
lo que sin duda deja el terreno abierto para desarrollar diferentes
manifestaciones de steampunk, no solo a nivel literario de ficción sino en el
nivel de la creación del DIY.
Al final, y como todo
en este retrofuturismo, seguro estoy que cada individuo tendrá su propia
opinión de si el steampunk puede o no ser post-apocalíptico y qué
características tendría, de ser así o bien, vendrán todas las argumentaciones y
motivos por los que alguien más dirá el por qué si se aleja de la era
victoriana pudiera perder su esencia steampunk.
Para mí, es justo ahí donde radica una de las maravillas que
tiene este movimiento: la individualidad con las que cada persona entiende y se
desenvuelve en aquello que más le gusta y atrae.
Y no hay nada más punk que eso.
El Investigador N°22 "Apocalipsis" |