sábado, 16 de mayo de 2015

¿Puede ser el steampunk post-apocalíptico?


Retrofuturismo

¿Puede ser el steampunk post-apocalíptico?



El steampunk se centra principalmente en una premisa: “¿Qué tal si…?”, que se fundamenta de manera esencial en la creación de ucronías, sustentadas ya sea en la ficción especulativa o bien en lo que se conoce como historia alternativa, que toma su inspiración en el periodo de la segunda revolución industrial ocurrida durante lo que ha sido llamada la Era Victoriana. Dicho periodo se concentra primordialmente en el Imperio británico durante los sesenta y cuatro años del mandato de la reina Victoria, con domino en países de los cinco continentes y no únicamente de las islas británicas, como suele pensarse.

Pero ¿podríamos establecer un steampunk más allá de la ambientación del siglo XIX? Para muchos la respuesta no deja lugar a dudas, ya que como retrofuturismo que es, el steampunk, presenta una serie de anacronismos necesarios para que no pase a ser simplemente un recreacionismo y tome tintes de –tal como ha sido nombrado por varios estudiosos del tema- ciencia ficción con estética victoriana. Establecer un avance cultural, social y tecnológico más veloz e incluso muy similar a los avances de la sociedad actual es en gran parte lo que podemos observar con los profesionales y entusiastas del movimiento, en especial aquellos enfocados en la creación y modificación de artilugios, estos modernos artesanos amantes y defensores del DIY o “Hágalo usted mismo”.

Computadoras, teléfonos móviles y demás artilugios modernos son prueba irrefutable de que el steampunk mezcla perfectamente dos eras, manifestando la creatividad de los individuos en una amalgama entre la visión de nuestro momento actual con el histórico periodo decimonónico en el que se inspira este retrofuturismo. ¿Cómo entonces podemos imaginar un steampunk post-apocalíptico?

De acuerdo al escritor G.D Falksen en un post escrito en steamfashion de Live Journal en Junio de 2010 “lo post-apocalíptico no es steampunk y lo steampunk no es post-apocalíptico”. Muchos lectores podrán estar de acuerdo con la opinión dada por esta reconocida personalidad del movimiento, tanto por el planteamiento como porque simplemente le conceden cierto grado de autoridad; sin embargo los editores de la steampunk magazine, no estuvieron de acuerdo con lo dicho por Falksen y colocaron una entrada desde el sito de la revista dando su opinión y pidiendo la de los demás. Por un lado, el escritor estadounidense argumentaba que debido a la naturaleza de un escenario post-apocalíptico la sociedad carecería del agua pura suficiente que requeriría que la tecnología de vapor funcionara después de que hubiese ocurrido una catástrofe que dejara al planeta, ya fuera, en un ambiente desértico (estilo Mad Max o Fallout), un ambiente glacial o incluso, un cuadro al estilo Waterworld. Tomando en cuenta ese argumento, podría pensarse que en el debate G.D Falksen tiene razón, pero más adelante él mismo admite la posibilidad de un steampunk que él llama “post-post apocalíptico”, en ese escenario después de la catástrofe el mundo ha alcanzado una era tecnológica estilo pre-industrial y pasado un tiempo los sobrevivientes se organizan y se las arreglan para construir una sociedad que progresa alcanzando un periodo de revolución industrial.

Para Margaret Killjoy  (fundador de la Steampunk Magazine) y su equipo de editores, el hecho de que previamente a la catástrofe exista un mundo industrializado es suficiente para dejar un remanente de piezas y materiales de utilidad para continuar un mundo suficientemente tecnológico que permitiera las herramientas y aspectos necesarios para un mundo de estilo steampunk. Además, los de la Steampunk Magazine agregan que una sociedad industrial no es requerimiento para un escenario steampunk, sugiriendo que este es más bien una “estética humeante, inspirada en la historia, no basada en ella”.

En lo personal me parece que el tema puede dar mucha tela de dónde cortar y que sin duda generará
en ustedes los lectores su propia visión y opiniones. Para un servidor primeramente me parece que cualquier cosa que suceda después de un evento de dimensiones apocalípticas, independientemente del tiempo que le lleve a una sociedad establecer un nuevo paradigma de existencia y las tecnologías que logren alcanzar con los recursos que desarrollen o encuentren, se le llama post-apocalíptico. Del mismo modo y en mi opinión, un escenario que solo contenga estética humeante o vaporosa no es suficiente para ser llamado steampunk.

Creo sin duda que sin embargo existe un punto medio entre la opinión de G.D Falksen y Margaret Killjoy y este sería simplemente que, basándonos en la principal premisa de una ficción especulativa, como lo es el steampunk, el planteamiento “¿Qué tal si…?” puede aplicarse perfectamente a un steampunk post-apocalíptico.

¿Qué tal si, después de una gran invasión extraterrestre la humanidad es casi aniquilada y tras años de guerra contra los alienígenas, los sobrevivientes humanos desarrollan una tecnología de estilo Victoriano? Esto sin duda nos daría parte de los argumentos que ambos puntos de vista nos plantean. Por supuesto habría muchas preguntas qué responder y que suelen dar un sinfín de líneas que permitirían crear más de un arco de historia a relatar, lo que sin duda deja el terreno abierto para desarrollar diferentes manifestaciones de steampunk, no solo a nivel literario de ficción sino en el nivel de la creación del DIY.

Al final,  y como todo en este retrofuturismo, seguro estoy que cada individuo tendrá su propia opinión de si el steampunk puede o no ser post-apocalíptico y qué características tendría, de ser así o bien, vendrán todas las argumentaciones y motivos por los que alguien más dirá el por qué si se aleja de la era victoriana pudiera perder su esencia steampunk.
Para mí, es justo ahí donde radica una de las maravillas que tiene este movimiento: la individualidad con las que cada persona entiende y se desenvuelve en aquello que más le gusta y atrae.


Y no hay nada más punk que eso.

Publicado originalmente en El Investigador #22 Diciembre 2012 

El Investigador N°22
"Apocalipsis"